amiga:

busqué cantos, darte entera fecundos girasoles. grité horas intentando jugar, logrando llegar. mandíbulas nocturnas osaron perderme. quisiera recuperar soliloquios, trucos. una vela y andar bramando citas de escritores febriles. guardé heridas internas, junté las lluvias mías, nadé obstáculos. ¿pero quién rió sobre tu ultima voz y abrió bruscamente caóticos días? entre filosos giros, huecos inmensos, juventudes lamieron, masticaron negras oraciones, palabras que resonaban salpicándolo todo.
una vez yo abri bocas, cambié diccionarios, extendí frías gasas, hice impúdicas jugadas, lloré mares. nunca, opcionalmente, pude querer robar sueños. traté. una vida y aumenté bifurcaciones caídas detrás. esperé finales, guié hilos inmensos, junté llaves. la madre noche oprimió ruídos santos.
tus últimas voces yacen. acariciá brisas cuando días enfermos frunzan gratos horarios, invitá jacarandaes. los muertos nacen oscureciendo, primero, ratos sobrios.

tus universos viven.


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